Hola!! Aquí estoy de nuevo; extrañé escribir este tiempo en que estuve organizando una boda y recorriendo algunos lugares en mi luna de miel. Como toda una amante de España, en mi viaje de novios tenía que hacer escala en ciertos sitios de apego sentimental y además gastronómico de este país ibérico.
Con anterioridad había escrito un post acerca de los pintxos del País Vasco, comunidad situada al norte de España donde pueden encontrarse paisajes de sueño, pueblos de cuento de hadas, un idioma muy distinto al castellano pero muy interesante... y comida exquisita.
En este viaje pasamos por San Sebastián; yo me dediqué a desayunar, comer y cenar pintxos. La variedad es tal que pueden encontrarse barras repletas de platos distintos, conteniendo los más ricos ingredientes: los hay con atún, anchoa, pimientos, mayonesa, jamón ibérico, huevo, pescados varios, chorizo, queso, entre otros tantos.
Vale la pena entrar a un bar, pedir de uno a tres pintxos, pasar a otro bar, hacer lo mismo y seguir recorriendo tantos sitios como el estómago y el ánimo lo permitan. Siempre viene bien acompañar estas delicias con txakoli, vino especial de la zona, o un buen vino tinto y, al final, tomar un poco de pacharán, digestivo también típico.
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