Mi ciudad española favorita es Valencia. Su gastronomía es exquisita, su clima es delicioso, su gente es abierta y amable, su arquitectura combina la magia de lo antiguo y lo moderno... en fin, podría seguir enumerando atractivos y aún así las palabras no serían suficientes para expresar las maravillas que se pueden encontrar en esta ciudad.
Cuando a uno le preguntan por un platillo típico de España, seguramente respondería: la paella valenciana. La paella forma parte del gran abanico de arroces que se preparan en esta región del país. Otro plato importante, que también es muy bueno, es el fideuá.
Los valencianos cocinan paella casi para cualquier ocasión: para la comida del día en casa, para pasar la tarde con la familia o amigos en una pinada a las afueras de la ciudad o, también es típico, durante las fiestas de la ciudad (las Fallas), que en uno de los días de la semana se organice el concurso de paellas.
Durante el tiempo que estuve viviendo allá mis amigos me enseñaron a prepararla y, a mi regreso, yo le pasé la receta a mi papá y él se encargó de mejorarla. De modo que su paella es de las más buenas que he probado y se ha constituido en una de mis comidas favoritas.
Como tip, cuando se cocina una paella es importante elegir el recipiente indicado para ello, el cual también recibe el nombre de paella (no paellera, como a veces se le conoce en México). Debe ser muy extendido y de poca profundidad, para que el fuego se propague uniformemente y el arroz tenga una cocción exacta, con una consistencia firme, pero que no esté reseco.
Los ingredientes tradicionales de una paella valenciana son el conejo, el pollo, el garrofón, las judías verdes, el arroz arborio, el azafrán y el pimentón dulce. Hay otras versiones de paella pero reciben otros nombres: la de mariscos (que lleva mejillones y camarones) o la mixta (que puede llevar carne de cerdo, res, pollo, mariscos, etc).
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