Los seres humanos somos muy visuales, por lo general, una vez que vemos algo nos formamos un criterio previo de si nos gusta o no nos gusta, incluso antes de probarlo o conocerlo. Esto sucede con las personas, con las carátulas de los libros o películas, con las fachadas de casas o edificios... y también con la comida. De hecho, la percepción que tengamos del plato que comeremos influye de cierta manera en la buena o mala digestión posterior.
Por eso es tan importante que los platillos tengan una buena presentación a la hora de servirlos. Claro está que cuando comemos en casa no es necesario hacer una decoración presuntuosa de los alimentos, mas sí es un buen detalle para los miembros de la familia el cuidar que lo que se sirva a la mesa tenga un buen aspecto.
Para armonizar un plato hay que considerar varios factores, entre ellos los grupos alimenticios, los colores, las texturas y los métodos de preparación. Es decir, hay que balancear cada uno de dichos aspectos, logrando que haya variedad en los mismos. Por ejemplo, una buena opción para presentar un pescado a la parrilla sería una ensalada y una pasta con salsa de crema de morrón. ¿Por qué?
Analicemos cada factor; grupos alimenticios: el pescado está en el grupo de las carnes o proteínas, la ensalada son verduras y la pasta pertenece a los carbohidratos; color: el pescado es blanco, la ensalada es verde y la pasta se ve roja o anaranjada, no hay tonos repetitivos en el plato, que lo harían monótono y no antojable; textura: el pescado es liso y seco (sin salsa), la ensalada es voluptuosa y crujiente, además de contener varios elementos separados (hojas, gajos de fruta o verdura, cuadros de pan, etc), la pasta es un "nido" (digamos que un sólo elemento) y está salseada. Ahora el método de preparación: siempre es bueno incluir algo crudo, en este caso la ensalada, algo con salsa que es la pasta, que además es cremosa, y por último un alimento que esté preparado de manera ligera, como es el pescado a la parrilla.
Cuando se trata de servir un único alimento en el plato, hay que aplicar los mismos criterios: podemos decorar con otros colores y texturas. Al cuidar la presentación de los alimentos, no sólo nos preocupamos por la nutrición y el bienestar de nuestros comensales, sino que también podemos divertirnos y echar a volar nuestra imaginación. Aquí les dejo algunas muestras:
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