Si tú no eres de México te estarás preguntando cuál será ese pan con nombre raro que ni siquiera se antoja... Déjame contarte la historia:
En mi país hay una tradición muy antigua que se basa en el Día de los Muertos, que es el 2 de noviembre, y que trata de hacerle un altar a las personas que ya no se encuentran con nosotros en este mundo. El mexicano se ríe de la muerte, la respeta y en cierto modo le da cierto culto. Lo más común es dedicar el altar a alguno de nuestros seres queridos que han fallecido; es una manera de honrarlos y de decirles que nos acordamos de ellos, que seguimos rezando por su alma y que queremos que estén contentos.
La leyenda dice que el muerto baja al altar en la víspera del día de los fieles difuntos y que disfruta de todo lo que ahí se le dejó como ofrenda, es por ello que se pueden colocar algunos objetos que le pertenecían o le gustaban a esa persona y también los platillos que solía preferir. Además hay una serie de elementos que siempre están presentes en los altares: las calaveras de azúcar, la cruz de sal, el papel de china picado en colores morado y anaranjado, las flores de cempazúchitl, las veladoras, la foto del difunto a quien se dedica el altar y, por supuesto, nuestro pan de muerto: es una pieza elemental en todo altar de muertos, siempre se ha hecho y se seguirá colocando en los altares que se construyan en México.
Es un pan dulzón y suavecito, que se puede comer a cualquier hora o como postre. La gente lo consume desde uno o dos días antes de la festividad y lo sigue haciendo hasta unos días después, en todos los supermercados y panaderías los venden, en todos los tamaños, pero hay una constante en ellos: siempre son deliciosos!!
¿Tu preparas este pan?
ResponderEliminarPorque este año no me toco ver nada.
Hola Jackkkk! A veces sí lo preparo y a veces lo compro, depende del tiempo. Pero si lo compro tiene que ser bueno! Saludos
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