Sopa juliana

Esta es una sopa muy diferente al resto, pues tiene la consistencia de una crema y además unas julianas que no sólo le dan vista, sino también una textura y un sabor muy realzado.  Se puede servir en el día a día o incluso en una ocasión especial.

INGREDIENTES:

• 2 poros medianos
• 3 papas
• 70 g de mantequilla
• c/s sal
• 1 1/2 L de agua
• 100 mL crema Lyncott
• 1 zanahoria
• 1 rama de apio
• 1/2 nabo pequeño

PROCEDIMIENTO:

1. Filetear en rodajas muy delgadas un poro y medio.  Pelar las papas y cortarlas en cubos medianos.
2. Derretir 45 g de mantequilla en una olla, acitronar ahí el poro, agregar el agua, sal y papas.
3. Dejar que las papas se cuezan y estén blandas.
4. Licuar y colar lo anterior y volver a vaciar a la olla.  Agregar la crema Lyncott, mezclar y poner a fuego bajo; en cuanto empiece a hervir, apagar.
5. Cortar en julianas muy delgadas el resto del poro, la zanahoria pelada, el nabo pelado y el apio.  Acitronar en el resto de la mantequilla, en un sartén aparte.
6. Para servir, verter la sopa en el plato y encima ponerle algunas julianas.

Recetario Buena Mesa para iPad

El día de hoy descubrí una nueva aplicación para el iPad que a los amantes de la cocina nos puede encantar, por lo que les recomiendo descargársela.  Se llama "Recetario Buena Mesa" y es una recopilación de todas las recetas de la sección Buena Mesa del periódico Mural de Guadalajara.  Contiene las indicaciones para hacer más de 5,000 platillos agrupados en bebidas, botanas, platos principales, guarniciones, etc. y se pueden preparar alimentos de distintas cocinas del mundo, obviamente expandiéndose en la mexicana.

A mí me pareció muy interesante y una buena oportunidad para tener más opciones qué cocinar y, además, pienso que es importante hacer uso de la tecnología y de las bondades que ahora nos ofrece: qué mejor que poder llevar nuestras recetas a cualquier parte.  Pueden encontrar más información aquí o buscándolo desde su iPad.  Ojalá les sirva!

Pan de muerto

Si tú no eres de México te estarás preguntando cuál será ese pan con nombre raro que ni siquiera se antoja... Déjame contarte la historia:

En mi país hay una tradición muy antigua que se basa en el Día de los Muertos, que es el 2 de noviembre, y que trata de hacerle un altar a las personas que ya no se encuentran con nosotros en este mundo.  El mexicano se ríe de la muerte, la respeta y en cierto modo le da cierto culto.  Lo más común es dedicar el altar a alguno de nuestros seres queridos que han fallecido; es una manera de honrarlos y de decirles que nos acordamos de ellos, que seguimos rezando por su alma y que queremos que estén contentos.

La leyenda dice que el muerto baja al altar en la víspera del día de los fieles difuntos y que disfruta de todo lo que ahí se le dejó como ofrenda, es por ello que se pueden colocar algunos objetos que le pertenecían o le gustaban a esa persona y también los platillos que solía preferir. Además hay una serie de elementos que siempre están presentes en los altares: las calaveras de azúcar, la cruz de sal, el papel de china picado en colores morado y anaranjado, las flores de cempazúchitl, las veladoras, la foto del difunto a quien se dedica el altar y, por supuesto, nuestro pan de muerto: es una pieza elemental en todo altar de muertos, siempre se ha hecho y se seguirá colocando en los altares que se construyan en México.

Es un pan dulzón y suavecito, que se puede comer a cualquier hora o como postre.  La gente lo consume desde uno o dos días antes de la festividad y lo sigue haciendo hasta unos días después, en todos los supermercados y panaderías los venden, en todos los tamaños, pero hay una constante en ellos: siempre son deliciosos!!