La tierra del tequila

En un rincón del planeta, en mi estado, Jalisco, nacen las tradiciones de México que lo lanzan al mundo como una nación de gran cultura e historia.  Los símbolos más característicos de México vienen de ahí: el mariachi, el tequila y un sinnúmero de platillos que hacen de nuestra gastronomía un patrimonio cultural de la humanidad.

En Tequila, un pequeño pueblo mágico de Jalisco, se produce la bebida mexicana por excelencia.  El tequila tiene denominación de origen y sólo puede producirse en muy pocos lugares de México.  La semana pasada tuvimos en casa la visita de Coco, un amigo peruano que venía a nuestro país por primera vez.  Nos dio mucho gusto poder mostrarle lo más representativo de la cultura mexicana al llevarlo a muchos lugares, entre los cuales se encontraba este pueblito, Tequila, donde tomamos un tour en Mundo Cuervo, una de las casas tequileras más conocidas.

Ahí nos enseñaron la hacienda de la familia y nos explicaron todo el proceso de fabricación del tequila: la jima de la planta del agave, su traslado a hornos para obtener los azúcares de la piña de agave, su posterior corte y separación de la fibra, fermentación y destilación.  Algo que mucha gente no sabe es que hay tequilas 100% de agave y otros de menor calidad, que cuentan con 51% agave y el resto de otros productos o azúcares.

Como recomendación, prueben el Tesoro de Don Felipe o el Herencia de Plata.

CLASES DE TEQUILA:

• Blanco: tequilas cristalinos con tonos plateados y de gran transparencia, con menos de dos meses de guarda.
• Reposado: tequila que ha permanecido entre dos meses y un año en contacto con barricas de roble.  Sus tonos son pajizos o dorados.  De sabor suave y densidad media.
• Añejo: Tequilas con períodos de uno a tres años en barrica.  Sus tonalidades son cobrizas o rojizas.  De sabor amaderado y de gran cuerpo.